Tenía sed, una sed terrible, ancestral. Una sed sin nombre que le abrasaba el cuerpo. Su piel era un campo de verano achicharrado por el sol. Su pensamiento era único, obsesivo. Su imaginación sólo le llevaba a la fuente que pudiera saciar esa sed. Gritaba por dentro, “por favor”, por fuera su rostro era un grito de socorro. Era una necesidad,..., era un deseo que no podía evitar, que aparecía en cada parpadeo. Y fue en uno de esos gemidos de dolor interior cuando bebió su primera gota. Esa gota mojó sus labios, ablandó su piel, sació su mente por un minúsculo instante. No pudo parar y comenzó a beber, sin poder... sin querer evitarlo. Nada era suficiente, necesitaba más y sabía que se agotaría y que la sed volvería, pero en aquel momento fue feliz.

5 comentarios:

la XXXXXX de perderse en el mar a la deriva...

...saciado hoy, sediento mañana (covering [XXXXXXXXX] someone)

Interesante observación. Me hace gracia por lo que supone releer el texto tiempo después de haberlo escrito, incluso para mi tiene multiples interpretaciones. :-)

Como sé que siempre te han llamado la atención las criaturas de la noche imagino que te referirás a uno de esos de los colmillos... en alguna ocasión leí otro tuyo sobre el mismo tema... creo que cuando preparaste la biografía de tu personaje para aquella partida de rol frustrada... y me gustó tambien, mu bueno

Gracias Arturo... la verdad es que en un primer momento, este relatillo era sobre algo un poco más siniestro.

Ahora, que ha pasado más el tiempo, la verdad es que me sugiere otras cosas... tal vez la idea romántica de las criaturas de la noche y sus deseos tiene mucho que ver con ese lado un poco oscuro que todos llevamos dentro y que también hacen referencia a los deseos.

Creo que funciona mejor así, como metáfora del deseo y el impulso en general, que llevándolo a un terreno más específico (la noche etc.)