Aquí presentamos una nueva aportación de la serie de "Mi cerebro se está autofagocitando". En esta ocasión escrita por Car, otro ávido lector de todo tipo de novelas que bebe sobre todo de la ciencia ficción y la fantasía. Como el mismo dice es un "friki de tomo y lomo".

Juega con el humor cercano de quienes les rodean, jugando con las rimas, las metáforas y las imágenes. La gran cantidad de referencias en sus escritos sobre otras obras y autores, y su capacidad para investigar desde mitología hasta ciencias puras para ofrecer escritos con la mayor exactitud. Siempre interesante, inteligente y cambiando del humor a la acidez en pocas lineas.

Esperamos que las musas le lleguen pronto para que nos ofrezca nuevas aportaciones.



Mi cerebro se está autofagocitando (Car)


Bajé los pies de la mesa y miré a los ojos al hombre sentado enfrente de mi. Lo estudié detenidamente: bien vestido, clase alta, atractivo. Debía estar forrado. Entonces caí en la cuenta de lo que me acababa de decir.

“¿Qué su cerebro se está... eh... autofagocitando?"
“Así es. Quiero que descubra al culpable. No repare en gastos."

El caso me daba mala espina pero aquel sujeto pagaba bien. Decidí comenzar mis pesquisas por la facultad de Psicología. Una zona peligrosa, pero nunca me separo de mi Magnum 45.

Fui primero a por los peces gordos. Primero hablé con Mr. Perea. Conocía un par de de informaciones oscuras sobre su pasado, pero a pesar de ello no cantó. No sabía nada y sé cuando me mienten. Después probé suerte con otras personas, pero ninguna había visto ni oido nada acerca de cerebros autofagocitantes. Bajé desanimado a la cafetería, pero estaba vacía; ni tan siquiera tendría el gusto de alegrarme la vista con alguna estimulante alternativa o grunge de la facultad de Bellas Artes. Ahogué mis penas n el delicioso caé con leche y hielos que me sirvieron. Entonces uno de los camareros se me acercó: moreno, con gafas, camiseta roja, tatuajes, un tipo duro. Sé manejar a los tipos duros.

“Pareces preocupado amigo, ¿Puedo ayudarte en algo?” - Percibí el brillo de sus ojos característicos de estas situaciones.- “Tal vez”- dije mientras deslizaba un billete entre mi mano y la mesa. -“Cerebros, autofagocitación, información.”- “Ahhhh... cerebros autofagocitantes ¿eh? ¿se han han pasado pruebas médicas, TAC, SPECT? ¿Qué regiones se han isto afectadas en primer lugar?¿Has realizado el análisis funcional E-O-R-C-K?”

Dos cafés y tres billetes más tarde había llegado al quid de la cuestión. Desentramando el hilo, otro caso resuelto. Y todo gracias al golpe de suerte de conocer al afamado erudito “Lerele García” et al.

Le comuniqué mis avanzas a mi cliente: la razón por la que su cerebro se autofagocitaba no era otra que un episodio de depresión mayor que desembocaba en tentativa de suicidio. Pero ¿Qué puede llevar a un cerebro a deprimirse y querer suicidarse? Preguntándole sobre su vida anterior confirmó mi teoría. “Usted juega al rol ¿verdad?”-”Sí”-”¿Al magic?”-”Pues también...”-”Videojuegos, libros de ciencia ficción, películas frikis, cómics?”-”Sí, sí a todo eso”-”Usted es un friki de tomo y lomo y su cerebro no ha podido soportal tal desapego a la realidad, tal cantidad de información inutil y tal afición por las katanas. Debería elegir: el rol o su cerebro”

Desde entonces mi cliente es un hombre nuevo. Ya no juega a esas cosas y parece que funciona pues se ha detenido el proceso de fagocitación. Curiosamente dice que ultimamente es sonánmbulo y no duerme bien y esto coincide con unos extraños asesinatos que están ocurriendo en Salamanca. Todos tienen un patrón común: de noche, con arma blanca... y siempre deján un dado de veinte en el escenario del crimen.

6 comentarios:

Joder, hacía años que no lo leía... realmente es cojonudo, no paro de reirme según lo leo... imagino que los que no hayan estado en la cafetería y no conozcan a lerele perderán cierta dosis de humor que acompaña al personaje en cuestión... pero aun así es buenísimo... eres grande carras!!!!!

"...tatuajes, un tipo duro...", jajajajaja.

"Sé manejar a los tipos duros"... ñeñeñe.. que grande es este Carras... cada vez que lo leo me escojono más

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Me ha gustado mucho, más que de terror se ha decantado por la novela negra con toques de ficción. Por cierto, menudo repaso a los jugadores de rol.

Tengo que decir en honor a la verdad que yo (y algun otro miembro del blog) soy ex-rolero, y el relato fue escrito en un contexto totalmente humorístico y tal vez demasiado autorreferente (coñas privadas sobre katanas, camareros...)