"Fernando VII me ha perdonado, lo que no significa que yo sea inocente, nadie es ya inocente cuando ha visto tanto, y todo lo que yo he visto.

He visto como las ideas más nobles de ilustración, libertad y progreso se convertían en lanzas, sables y bayonetas, tras las que se escudaba un nuevo y bárbaro impulso de dominación.



He visto incendios, saqueos y violaciones en nombre de un nuevo orden de cosas, que si algo trajo, fue la sustitución de la horca por el garrote vil.



He visto que a la barbarie se respondía con la atrocidad; que el odio, sólo encontraba el odio por respuesta; y que la sangre, sólo engendraba sangre, nuevamente sedienta de venganza.



No ha habido a mi alrededor idea alta o digna, que no resultara al fin, compañera de la tortura, el secuestro o la traición.



En nada de todo lo que han visto mis ojos, encontraría el hombre justo, reposo para su angustia.



No hay inocencia en mí, ni en mi época. Quizá sólo, son inocentes mis pinturas, reflejo del espanto."


Francisco de Goya