Haciendo un pequeño ejercicio literario hemos creado 3 historias a 3 manos que queremos compartir con vosotros. En la primera de ellas participamos Mutsiwa, Ada Madrina y un servidor. Y como suele ser habitual antes de pasar al relato me gustaría presentar a nuestra nueva aportadora lunática.
Ada Madrina es otra de las personas a las que he insistido hasta perder la voz para que participara. Y es que nuestra Ada Madrina tiene muy buena mano escribiendo y así lo avalan el par de premios ganados. Y bebe de fuentes diversas que tan pronto lee un novela costumbrista como lee a Neil Gaiman. Su enorme imaginación y su fuente inagotable de bromas y buen humor harán llegar a la luna una gran dosis de energía positiva y sonrisas a granel. Bienvenida a la luna Ada Madrina.


Día de niebla

El despertador sonó a las 7:15h. Con los ojos aún cerrados subí la persiana y descubrí que el cielo estaba gris, pero olía mucho a mar. Mientras atravesaba el pasillo camino de la ducha, una sensación me invadió: seguro que Ángel hoy no me llamaba.

Apenas unos segundos después sonaba un mensaje en el móvil. El mensaje era extraño. “Ayúdame. No te asustes. Hoy necesito de ti más de lo que crees.” Era Ángel. Me asusté. Qué clase mensaje macabro era este. El teléfono de nuevo. “No es un juego. Ve a la playa, cuando llegues mándame un mensaje”.

¿Qué coño estaba pasando? Estaba asustada. Nunca he sido muy valiente pero me decidí a hacerle caso. Me vestí y bajé a la playa. El mar, a pesar del mal tiempo y la niebla, estaba en calma. Decidí meterme a pasear por la orilla. Una vez allí escribí a Ángel donde estaba.

Sonó el teléfono otro mensaje “Cada vez estoy mejor gracias a ti, sube a la isla enjoyada que viene a recogerte” El mensaje me produjo sensaciones encontradas. Estaba contenta porque parecía que le estaba ayudando pero… ¿una isla iba a recogerme? ¿De qué iba todo esto? Escribí un mensaje “Ángel estoy asustada pero si te estoy ayudando seguiré con esto”

Mensaje enviado. El agua del mar me cubría las rodillas, el maldito mar Cantábrico siempre está tan frío, pero la extraña mezcla de felicidad y desasosiego que me invadía en ese momento anestesiaba los músculos de mi cuerpo y pude seguir avanzando con una decisión que años más tarde todavía sigue sorprendiéndome. El verde y el amarillo de la barca eran cada vez más nítidos hasta que pude incluso leer su nombre: “la isla esmeralda”.

No dudé en montarme en ella. “¿Dónde vamos?” Le pregunté al barquero. El barquero me hizo un gesto para que guardara silencio. Continuaba habiendo niebla y apenas se veía la línea de la costa. Sabía que la isla de Santa Clara estaba enfrente pero no se veía absolutamente nada.

Un nuevo mensaje en el móvil. “Bajo el banco de la barca tienes algo cógelo”. Alargué la mano bajo el asiento en el que me encontraba y noté un pequeño paquete. Lo abrí en él habían una cajita y una carta.

La letra era de él. Comencé a leer. Las lágrimas pronto me impidieron continuar y tuve que esperar unos minutos antes de terminar la carta. Ángel con el que llevaba compartiendo mis sueños durante los últimos años, se estaba despidiendo de mí.
En la carta me contaba lo mucho que me quería, lo mucho que hubiese deseado vivir toda la vida conmigo… pero algo le estaba comiendo por dentro y no le quedaba mucho de vida. No quería que yo le viera sufrir. Quería que le recordase como nos conocimos. Me recordaba como lo hicimos, yo sentada en un banco en el paseo marítimo y el acercándose a remo con una trainera. Me recordaba cada instante en el que había sido feliz con él. “Y ahora amor, abre la caja” Al abrirla descubrí un anillo, sencillo, precioso. “Quiero que lo guardes porqué con él me hubiese gustado pedirte que te casaras conmigo” la congoja me estaba ahogando y sólo podía sollozar.

Sonó un mensaje” Estoy junto al banco en el que te vi la primera vez. Te amaré, te amaré por siempre.” Miré a la costa, allí estaba Ángel. Mientras le miraba cogí la carta y la rasgué. La tiré al mar.

Ángel se sentó en el banco del paseo marítimo. Por fin la niebla había subido y dejaba ver casi con trasparencia la isla de Santa Clara. Aún quedaban algunos bañistas en la playa de la Concha, pero ninguno se atrevía a bañarse.

Miré de nuevo el mensaje del móvil. Lo leí una vez. Dos veces. Tres veces. Después lo borré.

14 comentarios:

La experiencia de escribir una historia a 3 manos ha sido genial, pero el no tener control sobre tus personajes lo he llevado fatal.

Ángel es un perrsonaje fuerte, afable, cariñoso, con unos oyuelos y una mejillas rosadas que le otrogan una expesión de jocosidad única.
De modo que ese no es el final que hubiera deseado para mi personaje.

Es un final triste... no, triste no, trágico, demasiado trágico para ellos.

Y sin embargo el final lo pusiste tú... yo sólo uní los retazos y pistas que dejastéis en la historia.
¿Quién iba a saber que bajo ese personaje fuerte, afable y cariñoso hubiese un cobarde con muy mala leche?

mu chulo y romantico ruben sigue asi vane

Os felicito por esta historia a tres bandas...¿cómo ha sido parida? qué bueno! y qué final tan abierto, más que triste es temeroso, real e incluso diría que feliz. Puesto que la vida continua y se trata de una experiencia más ya vivida.
Cris, no sabía que andabas en estas...un beso. Para los otros dos corazones mentales también.

Pues creo que la idea de como se generó la historia y demás lo debería explicar Mutsiwa pero la verdad es que el que empieza la historia, a pesar de escribir el final... no tiene ni idea de que va a suceder :)y eso tiene su magia :)

Esther, que ilusión verte por aquí!

la idea original se la debemos a mi profesor de francés que es buenísimo y nos motiva intelectualmente. Y yo, como llego emocionada al trabajo al dia siguiente, lo cuento y le copiamos!!

La idea consiste en que una persona escriba un principo y un final de una historia, sin que sepa nada más de ella. El siguiente escribe lo que le apetece que ocurra en el centro de la historia. Y el último es el que lo tiene más dificil, se encarga de unir el principio con el medio, y el medio con el final, siguiendo lo que hemos escrito los demás. En este caso el mérito es de Huidobro.

Pero es curioso, en este caso, tanto Huidobro como yo sentimos que la historia presentada por Ada Madrina tenia que ser gris como el dia que veia su protaginista por la ventana.

Sin embargo el final me ha resultado un poco cruel, ¿porque Angel decide por si mismo privarle a ella de la posibilidad de pasar los últimos dias juntos? Angel es frio y egoista. Memos mal que ella es fuerte y con su enfado decide no dejarse invadir por la pena.

Está bien esta nueva técnica, aunque es más trabajosa que los cuentos en cadena.

La historia es muy trágica como dicen por aquí.

Molaría que el pavo no se estuviera muriendo ni hostia...

Una y otra vez están criticando la muerte de Ángel. Si Ángel no muriera la historia perdería fuerza. Además Ángel es un romántico, egoista y cobarde.

Huidobro, ¿romántico? eso lo dices porque se esfuerza en recreear el momento en el que se conocieron y volver a hacerle pasar por él, justo para luego decirle que se va a morir y que no va a verla nunca más. Yo no veo romanticismo por ningún lado, Angel es frio, calculador y cruel! ahora, si estoy de acuerdo en que es egoista y cobarde.

Cuando un enamorado graba con su navaja el nombre de su amada en un árbol lo que le importa es dejar constancia imperecedera de su amor. Bastante poco le importa el "daño" que pueda hacerle al árbol.
Así es Ángel quiere dejar recuerdo, "marca" en ella para siempre sin importarle un pimiento el dolor que pueda provocar.

La historia es románticamente tenebrosa. Es de ese romanticismo oscuro, de paisaje con neblina, mar frío, muy frío, calma tensa, amor agitado, retorcido y final siniestro. El barquero recuerda el tránsito a la muerte. El cuento rezuma tragedia. Ella presiente, y siente algo de miedo. Y sí, Ángel es un egoísta, es cobarde y, probablemente, esté ido. Pero ella le sigue el juego. Es lo que tiene moverse en las tinieblas del amor en el romanticismo.

El barquero manda guardar silencio :) me parece que eres la primera que se da cuenta :)

A mi Ángel me parece casi tan cursi como Huidobro ;P...

Si quieres a una persona, y sabes q no vas a poder estar con ella, lo que tienes que hacer es darle la opción de despedirse y cerrar y dejar que sienta que ha hecho todo lo posible.

La decisión de Ángel no es solo egoista, es estúpida porque ninguno de los dos gana nada con ella.

Creo que Ángel sí que gana. Por que el hace lo que hace pensando que es lo mejor... y pensando que va a dejar un recuerdo inolvidable en su chica.
Gracias Amanda por lo del ñoñismo... cuando te vea te enteras perraca :)