Otro cuento en cadena. Esta vez entre Arturo, Gorka y sevidó. La idea de comienzo era buena, terror atmosférico, pero al final el salimiento general hizo que desembocara en otra cosa.



El telón rojo se alzó, unos doscientos espectadores habían acudido esa noche a disfrutar de la representación de Fausto. La función transcurría con normalidad y los asistentes seguían la obra con entusiasmo, hasta que en un momento de la función nuestro protagonista se quedó mirando fijamente a la morena de la tercera fila que le ofrecía aquellas dos piernas largas y suaves para imaginar todo tipo de excesos. Empezó a fantasear con la conversación que tendría con ellas esa noche. Estaba seguro de que una de esas piernas se llamaba Pepa, como la Pepa del pueblo, la Pepa a la que ahogaba con susurros sus gritos de placer cuando se veían en el pajar de su padre, a medianoche, a escondidas. ¿Qué será de la Pepa?, se preguntaba, con los ojos como platos, perdidos, totalmente ajenos al ir y venir de los actores, cuyas voces hacía ya tiempo que había dejado de oír. Sólo tenía ojos para Pepa, oídos para Pepa e imaginación calenturienta para Pepa, su Pepa, no aquella zorra engreída que tantas veces se había trincado en su pueblo, aquella que le dejó tirado por un cabrón con más dinero,... aquella zorra ya no formaba parte de su mente, ahora estaban él... y la verdadera Pepa. Pero claro, Pepa tenía a su hermana gemela al lado, Clara. ¡Cómo olvidarse de Clara! Era tan larga y suave como su hermana Pepa, aunque una pequeña mancha de nacimiento a la altura de la rodilla la diferenciaba de su hermana. Clara y Pepa, Pepa y Clara. Sus ojos bailaban de un lado a otro insistentemente, amándolas, sintiéndolas con la mirada, imaginándose rodeado por ellas, flanqueado por ellas, entre ellas. Él, húmedo y sudoroso, entre Clara y Pepa, entre Pepa y Clara.
Y enderrepente murió.

6 comentarios:

Joder que lamentables éramos y somos... no pongas estas cosas jonás coño.... que quedamos mal!!!!! ñeñeñeñe...

Po si es lo mejor, recordar cómo éramos y comprobar que seguimos igual,je.

No sé quién escribe cada párrafo Jónido... pero me juego el cuello a que el "y enderrepente murió" es mío... típico de Greeno tiiiiiiooooo....... soy un poco capullo...

Estaba tachado en el folio original, pero es que es lo mejor de la historia, había que ponerlo. Y, si te fijas en el tipo de fuente puedes adivinar lo que escribiste tú, y luego lo demás es fácil. Aún no leí el relato que has escrito nuevo hoy, luego te digo qué me ha parecido. Chao chochín.

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Son geniales, una idea muy buena y divertida, si tenéis más publicarlas que están muy bien.

saludos