Una nación de estrellas y barras
que busca del mundo hacer su parcela
librando su causa despliega sus garras
pues gusta quedarse con suma cautela.

Gastrófora come y todo devora
hogares que sufren banderas que arbola,
gigante aplastando su víctima llora
defiende su tierra: el viejo se enrola.

Al Méjico lindo dejó sin cabeza
robando los vastos cerró sus tratados,
a España la vieja lanzó la fiereza
allende los mares que siguen marcados.

En guerras mundiales entró con tardanza
buscaba despojos y buena ganancia,
en agros latinos de buena templanza
incitan sus planes pagando la estancia.

Desiertos dorados de sable preciado
disfrutan ahora de bombas y muertos
y ocultando excesos con mucho cuidado
evitan que amigos se abrigen alertos.

Una nación por Marte poseída
proclama el Imperio tocando campanas,
un nuevo emperador de electa venida
incita a las armas a tierras hermanas.